El sistema de cloración salina genera cloro de forma natural a partir de la sal disuelta en el agua.

Al pasar el agua por unos electrodos especiales, se produce una reacción electroquímica que genera hipoclorito sódico o ácido hipocloroso, el agente desinfectante.

Este proceso continuo mantiene el agua limpia sin necesidad de añadir cloro manualmente.

Cambiar la piscinas a cloración salina.

Ventajas de instalar un clorador salino.

• Agua más suave y agradable para la piel y los ojos
• Sin olores agresivos a cloro
• Menos productos químicos
• Mantenimiento más sencillo
• Compatible con piscinas privadas o públicas
• Ayuda a evitar la congelación del agua en climas fríos

El proceso es sencillo y no requiere obras complejas.

A continuación, te explicamos los pasos básicos:

1. Revisa el espacio en el local técnico.

Verifica que tienes suficiente espacio para instalar el clorador en la tubería de impulsión (después del filtro).

2. Corta e instala el clorador salino.

Corta un tramo de tubería (preferiblemente justo antes de la entrada del agua a través de los impulsores) y conecta ahí el equipo de electrodos. Conéctalo también al cuadro eléctrico correspondiente.

3. Reduce el cloro existente.

Antes de instalar el nuevo sistema, asegúrate de que la concentración de cloro residual sea baja:

• Puedes dejar evaporar el cloro
• O vaciar parcialmente la piscina y rellenarla con agua nueva

Añade la cantidad de sal recomendada por el fabricante, normalmente entre 4 y 6 g/l, dependiendo del equipo. Utiliza sal específica para piscina.

5. Activa el clorador salino.

Una vez lleno el sistema y con el nivel correcto de sal, pon en marcha el clorador. El sistema comenzará a generar cloro automáticamente.

Lo más importante:

Confía en un profesional.

Aunque la instalación es sencilla, es recomendable que un técnico evalúe qué modelo de clorador salino es el adecuado para el volumen y uso de tu piscina. Además, si la instalación la realiza un profesional cualificado, mejor que mejor.