El intrusismo en el mundo de la piscina.
El intrusismo en el mundo de la piscina.Al igual que pasa en muchos otros ámbitos profesionales, el intrusismo resulta peligroso, más si cabe, en momentos de crisis…
Lo primero de todo, es definir que entendemos por intrusismo y esto se resume en la realización de actividades profesionales sin contar con la titulación y/o cualificación para el desarrollo de dichas actividades.
Algo que por sentido común, resulta básico a la hora de realizar cualquier actividad profesional, en muchos caso no se cumple, con los consiguientes riesgos y peligros tanto para el que realiza la actividad como para aquellos que han contratado esos servicios.
Lamentablemente, a día de hoy, no existe una legislación clara y contundente dentro del mundo de la piscina que evite o minimize al máximo la aparición del intrusismo en esta industria.
De hecho, son muchos los que interpretan que si alguien tiene nociones de construcción, albañilería, fontanería o similar, ya está capacitado/a para desempeñar su actividad dentro del mundo de la piscina.
La realidad es que el trabajo en el proceso de construcción o rehabilitación o mantenimiento de una piscina es bastante más complejo.
Además:
Además de ser más complejo cuenta con una variable fundamental, el agua, que afecta directamente a todos los procesos a realizar.
Pongamos un ejemplo; ¿una persona que es capaz de construir una barbacoa de obra o hacer un muro en una parcela, es capaz de construir una piscina?.
La respuesta es rotundamente NO.
El tener los conocimientos para construir esa barbacoa o ese muro no te acredita como profesional para construir, rehabilitar o impermeabilizar una piscina.
Igualmente ocurre con el mantenimiento, en el que algunos piensan que por el hecho de tener ciertas nociones de mecánica, de química , etc, ya pueden ejercer como profesionales en el mantenimiento de piscinas.
Cierto es que algunos trabajadores del mundo de la piscina llevan ya tanto tiempo trabajando en esto que, aunque no cuenten con una titulación específica, sí se les podría denominar «profesionales».
El intrusismo en el mundo de la piscina.
Lo más importante:
Nos consta que asociaciones profesionales como ASOFAP o ASEPPI están invirtiendo gran parte de sus esfuerzos en que se cree una regulación sobre ello
También en como en fomentar la formación profesional a todos los niveles, dentro de la industria del agua.
Pero creemos que se trata de algo que no es sólo necesario sino realmente urgente.
Uno de los grandes problemas que el intrusismo genera en cualquier industria es la gran disminución en la calidad del servicio que se ofrece.
Esto afecta directamente a la percepción que los clientes o usuarios tienen sobre los profesionales del sector.
Esta reducción de la calidad se muestra muchas veces de forma clara en los problemas que van surgiendo en aquellos lugares en los que ha actuado un supuesto profesional.
Estos «profesionales» que realmente no contaban con la cualificación y conocimientos necesarios para desarrollar ese trabajo.
Para nosotros, un ejemplo claro es el producido en momentos de crisis, como lo ocurrido a partir del 2008 o 2009 en nuestro país, con la consabida crisis económica.
Fueron muchos los que trabajando, por ejemplo, en el mundo de la construcción, de repente se vieron en la calle, sin trabajo, y teniendo que buscarse la vida para poder seguir viviendo.
Algunos de ellos, se decidieron a ofrecer sus servicios dentro del mundo de la piscina (en algunos casos, de forma directa al cliente final, no a través de empresas ya especializadas).
Resultado:
Enorme reducción en los precios (había que trabajar a toda costa), pero que a su vez, venían dados por la reducción en la calidad de los materiales utilizados y en la capacidad de quienes realizaban el trabajo.
Como consecuencia:
Fueron muchos los profesionales «de verdad» que se vieron abocados al cierre, y a su vez, muchos los clientes, que con el paso de los meses, se vieron con graves problemas en sus piscinas.
El intrusismo en el mundo de la piscina.
También:
Algunos de ellos, ante la imposibilidad incluso de dar con el «profesional» que les había realizado los trabajos, no tuvieron otra opción que recurrir a otros «profesionales» para solucionar sus problemas.
O lo que es lo peor simplemente tuvieron que dar por perdida su piscina ante la imposibilidad económica de hacer frente a los gastos necesarios para solucionar sus problemas.
En definitiva, un desastre.
Ojalá nos equivoquemos pero tenemos la sensación de que esta situación se ha vuelto a producir este verano, en el que dado el contexto generado por la llegada de la COVID19 a nuestras vidas, la temporada de piscina se comprimió muchísimo, no empezando antes del mes de Mayo.
A esto, se sumó el hecho de que muchos españoles decidieron no salir fuera de sus casas de vacaciones e invirtieron su dinero en construir o equipar su piscina.
Y no nos referimos al boom de las piscinas desmontables sino al boom de la clásica piscina de obra (sea cual sea el material).
¿Qué generó esta situación?
Prisas, agobios, tensión, incapacidad para dar servicio a todo aquel que lo solicitaba…y la aparición del intrusismo, que vio en ello una gran oportunidad.
Así surgieron las habituales ofertas de «Yo le construyo la misma piscina que fulanito, pero por 3000 Euros menos», y ahí es donde algunos crédulos pican.
Y luego llegarán los lamentos cuando empecemos a tener problemas con la piscina, y no tengamos a nadie para responder de ello.
No es lo mismo decidir comprar, por ejemplo, un determinado limpiafondos, porque lo hemos encontrado más barato .
Pero a la hora de elegir a uno u otro «profesional» que dicen ofrecer lo mismo para nuestra piscina, pero con una diferencia sustancial en lo económico la cosa cambia.
En resumen:
Jetas hay en todos sitios, y es posible que alguien quiera sacar tajada de que crezca la demanda.
Éstos intentan disparar sus beneficios.
Lo habitual es que los verdaderos «profesionales» valoren su trabajo, su experiencia y su profesionalidad.
Ante esta valoración ponen un determinado precio a sus servicios, acorde a lo que ofrecen , calidad.
Así, las diferencias extremadamente significativas en productos teóricamente «iguales» deberían hacernos pensar, y no precipitarnos en la toma de decisiones.
No sea que luego nos venga a la mente el famoso tópico de «Lo barato, al final sale caro».
El intrusismos es una lacra para cualquier actividad profesional, y depende de las organizaciones, las asociaciones, los organismos oficiales.
También depende de los propios consumidores, el impedir el daño que genera este tipo de acciones.
Pongámonos todos a ello, y pongamos en valor a los verdaderos profesionales de nuestra industria.
Confíe en profesionales , confíe en Azur Piscinas & Spa.